Tuesday, May 27, 2008

Second Thoughts on the Third World

Today in the práctico for my Genocides class, we discussed the politics surrounding the conflict between the military dictatorship and guerrilla groups in Argentina in the 1970s and 1980s. I understood about four percent of what was going on, which is way below my usual average of somewhere in the 70% range. Yesterday in my Literatura Latinoamericana II class, the lecturer referred to so many words and people that I didn't recognize that I kept a list at the top of my notes of things to look up later. (Piqueteros, Tercera Internacional, Mayakovsky, Haya de la Torre)

The problem wasn't the language barrier; it was the historical background that I just didn't have. I was as lost as someone with no knowledge of the racial history of the United States would be if she sat in on a discussion of Martin Luther King's assassination. (I use that example because it makes me feel better — Argentines generally just don't understand why race is such a sensitive issue to North Americans.)

After a post-class Wikipedia binge, I'm still confused about what my professors were talking about, but I understand better why I've been so lost.

When I wrote a few days ago about what made Argentina a third-world country, I was talking about economics, but actually "third world" is a political term used during the Cold War to refer to countries that belonged neither to the communist Soviet Bloc nor to the capitalist NATO Bloc. (Wikipedia, by the way, classifies Argentina as an "Upper Middle-Income Country" or a "Secondary Emerging Market.")

Obviously, the Soviet Bloc no longer exists, but as far as the designation of Argentina as neither purely communist nor purely capitalist goes, the concept of a political "third world" is still very apt. Before I got to Argentina, I honestly thought that no one took Marxism seriously anymore. Even the most liberal schools in the United States (like every school I've ever attended) teach Marx as a guy with cute ideas that just didn't work out. In Argentina, though, Marxist theory is the starting point of essentially every political discussion — at least at UBA, which admittedly is a pretty rarefied place.

The Argentine economy itself is solidly capitalist, but the concept of class struggle has as central a place in political theory here as Locke's social contract has in political theory in the United States. A large part of the reason I've been having such a hard time understanding the discussions in class is that they assume not only a grounding in history, which I can learn, but also a Marxist frame of reference, which is harder to pick up. In my Genocides class, we read articles that describe the dictatorship as a reaction of the bourgeoisie against the rising power of the proletariat; in my Literature class we read almost exclusively Marxist authors. The intricacies of the political subtext can be hard to pick up unless you've been reading Das Kapital since you were sixteen — which it feels like most of the students in the class have.

Honestly, I'm getting frustrated. I really feel like pointing out that the Soviet Union collapsed almost two decades ago, and it collapsed because Marxism isn't a viable political system. It seems pointless to keep holding on to a framework that doesn't hold up and focusing on the literature of a failed movement.

I know that attitude makes me either a bad liberal or a good American, both designations I have mixed feelings about. Anyway, I probably just don't get it. And probably never will.

5 comments:

Anonymous said...

Well, all my life I have been wrong about the meaning of "the third world." I always though it was somehow based on the New World- Old World dichotomy, with Europe (including Russia) being the Old World, America being the New World and everything else being the Third World, but that clearly didn't work, since Central and South America are part of the New World (i.e., basically the Western Hemisphere), but Central and South America are also Third Word. Thank you Rachel (and Wikipedia) for clarifying something I have never understood.

Anonymous said...

Amiga, tal vez pueda ser mejor tu comprensión de los marcos referenciales y debates que ves en la UBA si intentaras hacer a un lado por un momento preconceptos y juicios teleológicos. Si enfocás todo pensando que las cosas son como creés que son y sólo como creíste que son, que la ideología liberal (política y económica) que traés de base de la educación estadounidense es infalible y además la verdad en términos de Francis Fukuyama, no sólo no vas a poder participar en los debates sino que tampoco los vas a entender. Este bendito tercer mundo, habrás apreciado en tu estada, no es un compendio de bárbaros "atrasados" a los que se mira y comenta como si fuera un trabajo de antropología.

Todo esto lo digo por tus apreciaciones sobre la atención que se les pueda dar por estas tierras a enfoques marxistas. Rematás tu entrada lamentándote de que sea así, porque deberíamos enterarnos de que "ya no existe más la Unión Soviética". La Unión Soviética fue un intento de superación del capitalismo basándose en la interpretación y ampliación de Lenin, y después en la de Stalin, de la teoría marxiana. Pero el análisis que hace Marx del modo de producción capitalista, de las relaciones de producción en la estructura, de las formaciones sociales resultantes, de la estructura de clase; el materialismo histórico y dialéctico en general, no pierde por eso validez ni vigencia. No mientras cumpla el requisito de toda teoría científica: ser verificable o falsable, según el enfoque epistemológico que prefieras.

En Estados Unidos no han "superado" al marxismo. No es casual, antes bien al contrario, que te hayan enseñado y sigas viendo a Marx como "un muchacho con buenas ideas pero imposibles en la práctica". Además de no ser casual, es bastante alevoso. Te propongo que leas los principales escritos económicos, filosóficos y políticos de Marx para ver si dice tantos disparates. Recordá que el marxismo lo están usando para analizar la sociedad capitalista, no para proponer el modelo soviético como su superación. Con falacias ad hominem no ayudás a tu propia comprensión y a llevarte algo útil, alguna nueva perspectiva, del tercer mundo. A propósito, escribo en castellano y sin rebajar el vocabulario para ayudar a que también puedas llevarte conocimiento del idioma.

Rachel said...

Esto es para "Anónimo," si vuelves a leer mi blog. Agradezco mucho su respuesta a mis pensamientos sobre la política marxista en Argentina, y tengo que pedirte perdón si te ofendí. Todo esto de marxismo es completamente nueva para mí, y estoy tratando de conciliarlo con mi educación de los "artes liberales" norteamericana, que siempre me ha enseñado que el socialismo es un fenómeno del pasado.

El comentario al fin sobre la Unión Soviética quería ser jugetón. La actitud norteamericana que el socialismo no es una idea viable es tan hegemónica que, para mí, están chocando la idea de que el socialismo puede ser una opción política y la demonización de las ideas de Marx que todavía permanece de la Guerra Fría. El comentario no quería decir que creo que las marxistas están manteniendo una tradición vana, sino que es dificil olvidar todas mis menoscabos norteamericanas, y además descubrir que lo que antes pensaba que era hecho es nada más que un prejuicio.

Muchas gracias por su paciencia mientras trato de entender un poco mejor a tu pais!

galio said...
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Anonymous said...

Gracias por tu respuesta, ahora entiendo mejor. Venía interpretando la entrada como contás pero el anteúltimo párrafo no terminé de entender si era irónico, y me descolocó un poco :).

Hay que separar a Marx analíticamente en dos partes, aunque en la práctica (y esta fue siempre su principal motivación) una cosa lleve a la otra. Por un lado está el análisis del funcionamiento del capitalismo y el materialismo dialéctico en general como modo de comprensión histórico, y por otro las soluciones propuestas al modo de producción capitalista, a la contradicción básica ("semilla de su propia destrucción") que lleva adentro. Lo primero, creo, tiene absoluta vigencia. Lo segundo es discutible y rediscutible, empezando porque Marx fue muy poco lo que habló específicamente del socialismo y cómo implementarlo es algo que lleva a todas las diferentes ramas del marxismo, de las cuales el estalinismo etapista que terminó imponiéndose en la Unión Soviética es sólo una. Hasta los modernos partidos socialdemócratas tienen de origen un componente marxista, y en su momento se supusieron formas de llevar a la práctica sus ideas.

Es cierto que en EE.UU. es hegemónica la concepción de Marx como el viejito caduco, y en gran parte sigue siendo producto de algún terror existencial. Algo caduco puede leerse sin tapujos, como hoy puede leerse a Platón o a San Agustín, que hablan de sociedades completamente distintas y superadas, pero como Marx habla del mismo mundo en que vivimos (con los cambios propios del desarrollo de los fuerzas productivas) al mismo tiempo que se lo niega por "superado", se omite enseñarlo realmente.

Por otro lado, no es que la Argentina sea un país especialmente marxista. Se suele decir que es un país peronista y bastante razón se tiene. Pero incluso el peronismo, si se quiere, incorpora conceptos de la teoría marxista (empezando por la misma división de clases, que en el peronismo se transforma en cooperación en lugar de lucha). Más que preeminencia de opciones políticas marxistas, yo diría que lo que ocurre está negado teóricamente el marxismo. Y sus herramientas teóricas no son pocas, como no es poco su influjo en campos que van mucho más allá del análisis rígidamente economicista.

Me alegro de que puedas estar llevándote un saldo positivo de tu estadía, aunque después sea causa de que todos te miren raro cuando estés de vuelta :P.